miércoles, 16 de noviembre de 2016

Twelve

Lucy.


CRISIS.

La vida parte de la crisis, no hay calma sin ella; y sin ella no se da luz a una vida nueva. Guillermo Figueroa hacía incapie (en sus clases de teatro) que el ser humano camina constantemente en una vereda conflictiva; al mismo tiempo, la mente concibe nuevas ideas a partir de la crisis; "Miren por ejemplo, el Big Bang; de allí venimos nosotros... somos una constante evolución de la explosión del polvo de estrellas...".

Cada vez que intento recordar cuando vuelvo de una crisis, lo puedo hacer; el minuto anterior a la crisis, incluso (y gracias a los seres tan llenos de amor con los que me rodeo) puedo entender que no todas las crisis que me suceden vienen de algún error provocado por mí misma (algunos, le llamaron pecado; otros desatención médica). 

He llegado a la conclusión del porqué cuesta trabajo aprender a usar todo el porcentaje de nuestra capacidad cerebral. Dicha habilidad conlleva consecuencias no del todo benéficas para la sociedad. Digo, en el preciso caso que la misma sociedad quiera y anhele continuar percibiéndose como un grupo en busca de esa utopía llena de belleza. 

En este mundo lugar donde la perfección es la utopía (el severo  contexto social en el que crecí) he aprendido que la belleza tiene oscuridad, ¿qué sería de la luz sin sombras?

He aprendido que no todo se trata de DOS partes; ¿saben? YIN-YAN, Cielo-Infierno, Mar y Tierra; Tu y Yo; Comer o ser comido; blanco y negro: Salud o Enfermedad... Estoy ya fastidiada de hacer entender eso a cierta gente que circunda estos lares por los que transito. 

Dejando de lado la educación con la que crecí (sumamente influyente) con creencia católica. Puedo decir que estoy sumamente agradecida con la vida, el destino, ¿qué se yo? de poder haber recibido de mis padres una educación que me hizo creer que antes de que exista uno o dos; está el amor como base fundamental. Después de eso, viene toda la gamma de emociones que motiva al humano a crear, destruir, pensar, soñar, analizar, devorar, subsistir. 

Además agradezco a la vida; conocer y aprender de sabios seres esos valores los cuales han formado cada una de las partes de mi persona. 

Sé que soy sumamente distraída, olvidadiza y a veces esto se presta a creer que soy maleducada (ensimismada) pero créanme que a pesar de que sólo soy un ser más de los 800 millones de habitantes que subsistimos en este bello lugar, me preocupo por la vida del planeta; el hogar de todos (plantas, humanos, animales: Dios).

A veces creo que soy un tipo de "heroína", pero luego me río de mi misma y me digo: Mi misma, ¿qué tienes de espectacular? Tienes pereza, sueño (y sueños), tienes hambre y ganas de ir al baño, te da diarrea, gripe, dolor de cabeza; eres enojona, solitaria, entonces ¿qué te hace pensar que eres algo mejor que cualquier otro ser humano?

Y es ahí cuando me auto defiendo... "¡No, no, no! Yo no pienso que soy mejor que otro ser humano, ni anhelo ser; yo simplemente pienso que puedo llegar a ser mejor que ayer e impulsar a los que amo a ser héroes, ¿Qué significa ser héroe en este tiempo? En estos tiempos de ausencias, de egos, de oscuridad y miedos... Creo que puedo y más bien debo hacer lo mejor que puedo, lo que me corresponde y a lo que vine a este mundo; así con mis cualidades y defectos:


Vine a este mundo a amar, AMAR sí, 



AMAR AL MUNDO

Y me sonrojo cuando pienso en Jesús, ese tipo que imaginé todo bonachón, lleno de amigos y resultó además ser músico. (Uy sí; mi mesías...) Y decido que puedo llegar a hacer algo por la vida, cuando voy en el bus y decido amar a la señora que viene llena de bolsas del mercado; busca un asiento, pues está cansada, acalorada y sé que ahí yo puedo brindarle mi asiento; O cuando estoy con ellos a los que han tachado de simples, a veces de tontos; pero  simplemente son inocentes; y de ellos yo he aprendido tantas cosas; como la magia de la capacidad de asombro ante los detalles de la vida.Y decido que puedo aprender de la fortaleza del árbol que no cae, a pesar de la tormenta, de su esperanza pues cada primavera renace con nuevas flores para darnos, y que su sabiduría los hace "morir de pie". Y amo a las aves con su canto tan melódico, con su danza al vuelo, amar la brisa de este viento otoñal que refresca, más cuando se acompaña de la lluvia. 

Amo estar con los amigos que comparten siempre conversaciones sustanciosas, plenas; si tan sólo ellos supieran toda la magia que reparten tan sólo con su presencia. 

Amo la vejez, es sorprendente la forma en que han superado cada prueba; ¡y siguen sonriendo! Amo sus bailes, sus historias, sus cuentos y la tradición que había en sus vidas tan llenas de recuerdos. Amo a los que ya se fueron, los extraño de una manera tal; pero luego recuerdo que su energía persiste, se queda o a su mero gusto; vuela. 

Amo a la música, aquella con la que me identifico; pues. Tampoco diré estilos, ni nombres de grupos (no es propaganda, sólo estoy escribiendo a mero gusto). 

 Sí, sé que soy humana y en mi vida han existido errores, enojos, incluso golpes. Sé que lo peor que pude haber hecho radica en ese defecto que no sólo yo sino muchos a nivel global hemos dejado crecer en los corazones: la indiferencia. 

Pero, qué más puedo decir, ya he pedido demasiadas disculpas en la vida y sé que no todos a los que les fallé me estarán leyendo (por obvias razones) algunos incluso ni quiero que me lean... ja. 

Si, la verdad es que sé que no soy moneda de oro, y obviamente nadie lo es; por eso, hay errores que no me interesa enmendar. Ya, luego, cuando tenga que rendir cuentas sé que esos errores sabrá dios si contarán. (sí lo digo por usted, señor de la deportiva; no le pediré disculpas por haberlo engañado y metido sin pagar más de una vez. ¡ja! entre otras cosas).

Creo que este texto bastante divagado parte de una película que vi. (Y también por la conversación que tuve contigo José) Lo único que quería expresar era que por lo menos algún lector entendiera lo que se siente cuando uno entra en crisis; y con esto me refiero en mi particular caso; crisis convulsivas, epilépticas. 

Entonces creo que es algo más o menos así:

Nada.

No es un sueño, porque se ha demostrado que mientras soñamos creamos imágenes.

Esto es La Nada.

El alma se sale del cuerpo, por ello tu cuerpo se contorsiona; puede parecer un chiste, a joke, une blague, ein Witz,  шутка (shutka), ver a alguien perder el propio control de su cuerpo; entrar en crisis, mirar sus ojos como máquinas de tragamonedas... y todos los músculos contraerse. Pero a la gente de alrededor no le parece, se asusta; menos si es gente querida. 


Eso va por parte del cuerpo, afortunadamente, puedo decir que de tantas veces, una vez pude recordar el viaje que hizo mi alma... pude llegar a las profundidades del océano. Hablar con ballenas, ¿hablar? No, cantar. Comunicarme, pues. Conocer sus emociones; a la hora de nadar. 


Luego; luego volvió la nada. 

Esa nada terrorífica, ese vacío es la embriagadora no-sensación del autómata (no-ser). Incluso es preferible tener miedo a la nada, que no sentir NADA. 


En el cuento de La Historia Interminable, la Nada es una comparación con una enfermedad... 
¿Qué tan real puede ser el hecho de que los humanos sean cada vez menos humanos, den paso a la Nada y el pueblo de Fantasía caiga junto con su Emperatriz? 


Por ello, invito a imaginar, ser empáticos, soñar y amar. En fin, a leer. 



Para que este texto y mi elocuencia tenga sentido.

Mientras tanto; seguiré soñando y espero que algún día mis crisis epilépticas desaparezcan. (Sólo por el morbo de ver que la sociedad capital laboral me acepte). 

En fin, buenas noches. 

Recuerden que estas son sólo sombras de mi cordura. 






2 comentarios:

  1. Es bueno saber que no soy el unico loco semifuncional por aqui
    (diferentes crisis, pero crisis igual)

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    1. La vida está compuesta de crisis. La primera que se tiene; el nacimiento. Somos seres humanos y la vida es un proceso lleno del triunfo de cada "caos".

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